La Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland (Ancap) cerró 2024 con pérdidas superiores a U$S 130 millones, según sus estados contables publicados este martes. La paralización de la refinería de La Teja por mantenimiento durante 170 días en el primer semestre impactó directamente en los resultados. El organismo registró un déficit de US130,2 millones, equivalente a 5.217,6 millones al tipo de cambio de cierre. La falta de producción local de combustibles generó un perjuicio estimado en U$S 115 millones, según datos oficiales. Entre 2023 y 2024, la refinería operó parcialmente durante casi 10 meses. Otra “bomba” que Lacalle le dejó a Orsi El senador frenteamplista Daniel Caggiani reaccionó en redes sociales: «Otra de las bombas dejadas por el anterior gobierno. Dejamos a Ancap con 150 millones en caja en 2019 y la devolvieron con 130 millones de dólares de déficit en 2024″. Sus declaraciones aludieron a gestiones anteriores. Ancap había registrado tres años consecutivos de ganancias antes de 2024. El cierre técnico de La Teja obligó a importar combustibles, incrementando costos. Según El Observador, el lucro cesante promedio diario fue de U$S 670 mil durante el periodo de inactividad. El valor del crudo Brent, referencia para Uruguay, fluctuó entre US$ 69,19 y US$ 80 en los últimos meses. Factores geopolíticos, como tensiones en Medio Oriente y la política energética de Donald Trump, influyeron en esta inestabilidad. En marzo de 2024, el precio pasó de US$ 69,28 a US$ 74,49. Expertos señalan que variables como aranceles comerciales, demanda global y conflictos internacionales seguirán afectando el mercado. Uruguay, como tomador de precios, ajusta sus combustibles según estas variaciones. La actualización mensual de tarifas, sin embargo, fue menor a lo sugerido por los índices PPI de Ursea. La diferencia entre los ingresos reales y los calculados por Ursea alcanzó US$ 41 millones, según datos oficiales. El «supergás» representó pérdidas de US$ 40,9 millones, mientras el subsidio focalizado agregó US$ 20 millones al déficit. Solo el gasoil generó una ganancia de US$ 6,9 millones. El gobierno de Luis Lacalle Pou implementó ajustes tarifarios mensuales inferiores a las proyecciones. Esto, sumado a la volatilidad internacional, complicó la planificación financiera de Ancap. El Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) defendió la medida como un equilibrio entre estabilidad y costos. El economista Aldo Lema cuestionó la propuesta de ajustes semestrales: «Es imposible que Ancap tome toda la cobertura necesaria para minimizar volatilidad de precios que suele haber en 6 meses». Advirtió que esto podría derivar en un subsidio regresivo financiado por la sociedad. José Licandro, otro analista, afirmó que la baja del 5% en naftas y 9% en gasoil sugerida por Ursea no se aplicó completamente. «El informe de Ursea indica que naftas deberían bajar más de 5% y gasoil más de 9%», señaló. Ambos expertos coincidieron en que la demora en ajustes distorsiona los costos reales.
Fuente: LaRed21 (Uruguay)