Para el año pasado, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador esperaba cumplir un gasto en inversión física no visto en su sexenio; sin embargo, los datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) mostraron una historia diferente, en donde no solo hubo un subejercicio, sino que la inversión en infraestructura cayó en dos dígitos. En el 2023, el gasto en inversión física sumó 886,521 millones de pesos, lo que representó una caída de 10.2% en comparación anual y, además, quedó lejos de la promesa de un presupuesto de 1.10 billones de pesos para el año en cuestión. Jorge Cano, investigador de México Evalúa, señaló que de esta manera el avance de la inversión física en el 2023 fue de solo 79.5% del programa aprobado, el peor en más de una década. “En total se dejaron de gastar 228,000 millones de pesos que, de haberse erogado, habrían provocado que el Gobierno incumpliera con creces sus metas financieras”. Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda, explicó que el menor gasto a lo aprobado se debió al menor gasto observado en las obras más grandes de infraestructura, y señaló que el programa se fue ajustando conforme avanzó el año, por lo que parte de lo que no se alcanzó a gastar se reformuló para el programa económico de este año. “Esto se genera usualmente en las grandes obras de infraestructura porque siempre hay un tema, por ejemplo, con los derechos de vía o algún tipo de elemento que genera un retraso en las obras (...) Cualquier subejercicio que se haya reflejado en el 2023, que tenga que ver con la ejecución de las grandes obras de infraestructura, lo vamos a realizar en el 2024 con el objetivo de terminar o de facilitar el fondeo para que termine las obras de infraestructura, que es el compromiso del Presidente”, dijo en la más reciente conferencia de finanzas públicas. Debilidad de los ingresos Jorge Cano señaló que la menor inversión física se debió a que, el año pasado, se observó una sobreestimación de los ingresos presupuestarios y, ante la debilidad de los ingresos, no fue posible solventar por completo el gasto aprobado, por lo que el gobierno tuvo que realizar recortes. Dichos recortes, añadió, afectaron a la inversión física e, incluso, a obras emblemáticas como el Tren Maya, el cual tenía un presupuesto aprobado de 143,073 millones de pesos para el 2023 y sólo se gastaron 103,021 millones de pesos. En tanto, HR Ratings señaló que la inversión física mostró una tendencia descendente aunque, continúa por encima, como porcentaje del PIB, del primer año de la actual administración, así como por encima del último año del sexenio anterior. Por clasificación funcional, se observó que la inversión física en gobierno y la de desarrollo económico mostraron reducciones al cierre del 2023, contrario a lo observado en la infraestructura de desarrollo social. En el rubro de gobierno, se ejercieron 32,354 millones de pesos, lo que representó una caída de 42.5% en comparación mensual. Al interior, seis de sus ocho componentes mostraron disminuciones en su gasto, destacando el desplome de 50.7% del gasto en inversión en infraestructura de seguridad nacional. En el caso del desarrollo económico, los recursos que se ejercieron sumaron 539,245 millones de pesos, una disminución de 17.4% en comparación con el 2022. Dentro de este rubro, siete de sus nueve componentes disminuyeron su gasto en comparación anual. Aquí fue la inversión física en minería, manufacturas y construcción, en donde la disminución del gasto fue de 75.9 por ciento. La inversión física en desarrollo social, por su parte, sumó 314,921 millones de pesos en el 2023, un aumento anual de 13.1 por ciento. De sus siete componentes, tres mostraron disminuciones, siendo la mayor en salud con una caída de 10.8 por ciento.
Fuente: El Economista (México)