Dos textos publicados en medios estadounidenses informaron que, según testimonios de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) durante la primera campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador, en 2006, uno de sus asesores cercanos aceptó cerca de 2 millones de dólares del Cártel de Sinaloa. En la investigación publicada por ProPublica, escrita por Tim Golden, se dio a conocer que el dinero se entregó con la promesa de que si el candidato lograba el triunfo electoral facilitaría las acciones del cártel. No obstante, en el reportaje se señaló que no se estableció si el actual presidente de México aprobó las donaciones. En la investigación se informó que se consiguieron pruebas de que Nicolás Mollinedo, jefe de Logística, durante las campañas presidenciales de 2006 y 2012, sí aceptó el trato. Además de que, en 2011, la DEA propuso ejecutar una trampa para poder atrapar a los involucrados, sin embargo, se precisó en la pieza periodística, el Departamento de Justicia cerró la investigación por temor a que fuera considerada como una forma de interferir en la política mexicana. Por su parte, en el texto de Steven Dudley, publicado en InSight Crime, se detalló que la DEA tenía como objetivo a Mauricio Soto Caballero, un consultor mexicano vinculado a actividades ilegales, y creía que podía proporcionar información sobre el presunto vínculo entre la campaña de AMLO y el narcotráfico. Sin embargo, narró que, aunque Soto cooperó con la dependencia estadounidense, las implicaciones políticas y diplomáticas llevaron al descarrilamiento del caso y los agentes perdieron el rastro de López Obrador. Réplica del Ejecutivo Andrés Manuel López Obrador rechazó las acusaciones y las calificó como calumnias. También, declaró que no presentará ninguna demanda contra los periodistas o medios involucrados, pero denunció al gobierno de Estados Unidos por permitir “prácticas inmorales” y contrarias a la ética política. También cuestionó la falta de pruebas y el posible doble discurso en estas acusaciones. “Aprovecho para decirlo, no, porque no voy a llevar a cabo ningún juicio este formal, pero denuncio, no al periodista, no denuncio a los medios, denuncio al Gobierno de Estados Unidos de permitir estas prácticas inmorales y contrarias a la ética política que debe de prevalecer en todos los Gobiernos del mundo”, aseguró el jefe del Ejecutivo.
Fuente: El Economista (México)