El riesgo país del Ecuador llegó este 29 de noviembre a 1.996 puntos. Esto significa que ni el cambio de perfil del ministro de Economía, ni el envío a la Asamblea de la reforma tributaria han calmado a los mercados financieros. Apenas ganó las elecciones Daniel Noboa, el 15 de octubre hubo una baja de más de 91 puntos en el riesgo país al pasar de 1.839 a 1.748. Sin embargo, tras sus primeras acciones aún sin haberse posesionado los mercados se pusieron nerviosos. Tras unas declaraciones en EEUU, sobre un posible default, y al conocerse el perfil de la posible ministra Sariha Moya, a quien se le consideró una funcionaria sin mucha experiencia, el indicador subió a 1.993 puntos, y luego, tras los pactos en la Asamblea, la escalada siguió hasta los 2.054 puntos (15 de noviembre). Sin embargo, tras conocerse el nuevo nombre del ministro de Economía, Juan Carlos Vega Malo, el riesgo pareció moderase. Mientras ahora, ha vuelto a subir hasta rozar los 2.000 puntos nuevamente. De acuerdo con Jaime Carrera, secretario ejecutivo del Observatorio de la Política Fiscal (OPF) el tema del alza del indicador es porque “Los mercados no comen cuentos”. Asegura que el país es precario y que la reforma tributaria no soluciona el problema del déficit y no hay certeza de que se pueda conseguir lo que se está considerando. A parte de la amnistía que traería recursos por una sola vez, los problemas estructurales siguen ahí. Y esto significa que para el 2025 el déficit será mayor. “El Gobierno no ha presentado un plan fiscal que diga hasta dónde quiere avanzar, ni cómo va a cubrir las necesidades de financiamiento. Solo hay datos sueltos”, dijo. De esta manera, Ecuador queda entre los cuatro países con mayores problemas de riesgo país. Argentina registró el 28 de noviembre (último dato disponible) 2.057 puntos, Bolivia 2.040 puntos y Venezuela, un récord de 18.312 puntos. De acuerdo con Carrera, si bien en un primero momento el riesgo de Argentina bajó tras la elección de Milei, ese país tiene problemas fiscales, inflación galopante, gasto público sobredimensionado, deudas por $ 40.000 millones con el FMI. Lo sucedido en Argentina es producto de toda una historia peronista, populista que fue agudizada en el kichtnerismo. Bolivia tiene un déficit inmenso y se ha comido las reservas, tiene un gasto público inmenso, y también se enmarca en un gobierno populista.
Fuente: El Universo (Ecuador)