El principal índice que mide la evolución de los precios en Costa Rica, una de las economías más prósperas de América Central, registró en agosto una baja de 0,16%, la tercera consecutiva, permitiendo al gobierno del presidente Rodrigo Chaves exhibir una deflación del 1,87% en los primeros ocho meses del 2023. La baja del índice de precios minoristas alcanza a un 3,28% en los últimos 12 meses. La caída de los precios se disemina lentamente por todos sectores de la economía, alcanzando a frutas, verduras, autos, transporte aéreo, productos de granja, aceites comestibles, suministro de agua potable y automóviles, reportó el local Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC). "Costa Rica reporta la inflación interanual más baja de los últimos diez años, ¿Cómo sacarle provecho?", tituló el diario económico La República que, tras consultar economistas y expertos locales, concluyó que "los costarricenses tendrán más dinero para gastar y mejores oportunidades de conseguir empleo" en los próximos meses. La dura política monetaria y el control en el gasto estatal, marcas del gobierno de Chaves –economista ortodoxo, también ex ministro de Hacienda y quien llegó al Gobierno el año pasado como un candidato por fuera de las estructuras partidarias tradicionales del país- mantienen apreciada la moneda local, el Colón (que en una economía bimonetaria circula tan libremente como el dólar), y han ayudado en el combate al alza de precios. Esa tendencia, verificable desde inicios de año, llevó a Chaves a ufanarse meses atrás, cuando afirmó que "Costa Rica es el campeón de las naciones más avanzadas miembros de la OCDE en controlar el aumento de precios/inflación". Según los analistas consultados por La República, "tasas de interés más bajas para préstamos personales, más dinero para gastar, nuevos puestos de trabajo y la posibilidad de hacer inversiones con mejores rendimientos, son algunos de los beneficios" que los costarricenses podrán aprovechar en el futuro próximo con el descenso de los precios. La perspectiva, según los expertos, es que el Banco Central comience a analizar en el corto plazo una baja de la Tasa de Política Monetaria (TPM, referencia de la economía), lo que permitiría que el costo de los préstamos comience a reducirse.
Fuente: Clarín (Argentina)