El costo de vida en Colombia al parecer ya dejó de ser un riesgo de primer nivel en el mercado local, especialmente después de los datos de agosto que presentó el Dane, en los que más allá del 0,0% en la variación mensual, la atención se centró en la nueva contracción anual, que quedó 5,31 puntos porcentuales por debajo de lo visto en el mismo período del 2023, cuando estaba en 11,43%. En este reporte, la inflación de alimentos fue la gran protagonista, ya que se ubicó en 3,38%, disminuyendo en 188 puntos básicos frente al dato del mes anterior. El descenso estuvo protagonizado por una destacada reducción en la sub-canasta de procesados, cuya inflación pasó del 10,5% en julio al 5% en agosto. Este gran ajuste se dio a razón de disminuciones relevantes en subclases como las papas, la cebolla y las hortalizas. Y es que luego del 6,12%; que será la inflación vigente hasta que se actualice el Índice de Precios al Consumidor de septiembre, el mismo Gobierno Nacional salió a celebrar los resultados, destacando que el país cumple 17 meses con la inflación bajo control y ya se puede empezar a enfocar en otros asuntos como la reactivación económica o el fortalecimiento de la confianza. Por ejemplo, el presidente Gustavo Petro aprovechó para decirle al Banco de la República que “no se la esperaban algunos. La inflación del mes de agosto fue 0%. Cero. Ya no hay excusa alguna para no bajar la tasa de interés y reactivar la economía”, reforzando la vieja polémica de las presiones sobre el Emisor. Uno de los puntos que más se destacó en los diferentes análisis es que cuando se mide la inflación excluyendo los bienes volátiles, como por ejemplo el precio de los alimentos y los regulados, también se aprecia un progreso. La más baja Para Jackeline Piraján, economista Scotiabank Colpatria”, esta inflación bajó al 6,78% y es más o menos la inflación más baja que se ha visto desde mayo del 2022, siendo también una buena noticia. En cuanto a dinámicas generales, se observa que el precio de los bienes está en este momento con una inflación inferior al 1%, si bien la inflación de los servicios sigue con inflaciones superiores al 7%, sí ha venido mostrando moderaciones significativas”. Las divisiones de gasto que presentaron mayor variación mensual en agosto fueron Restaurantes y hoteles (0,31 %); Alojamiento, agua, electricidad y gas (0,30 %); Bebidas alcohólicas y tabaco (0,22 %); Salud (0,17 %); Transporte (0,13 %); Prendas de vestir y calzado (0,06 %) y Bienes y servicios para el hogar (0,02 %). En cuanto a las que tuvieron variaciones mensuales negativas, están, en su orden: Alimentos y bebidas no alcohólicas (-0,68 %); Información y comunicación (-0,40 %); Recreación y cultura (-0,22 %); y Educación (-0,16 %). El único dato que no presentó variación fue el de Bienes y servicios diversos. ¿Qué viene? Dicho lo anterior, tres visiones distintas sobre qué esperar con el costo de vida apuntan a que todo está volviendo nuevamente a su rumbo y que si bien hay presiones vigentes, no se perciben grandes riesgos que puedan alterar la tendencia a la baja que ya tomó este indicador, con lo cual cerraría cerca de los niveles proyectados por el Gobierno. Este es el caso de Investigaciones Bancolombia, que proyecta un cierre por debajo del 6,0% para fin de año, aunque con un proceso lento. Factores como la indexación, el ajuste del precio del Acpm, y condiciones climáticas, como un posible fenómeno de La Niña, podrían frenar el ritmo de reducción. Además, advierten que la volatilidad en la tasa de cambio y el alza en tarifas de peajes también pueden agregar presiones inflacionarias. “Además, los vaivenes de los mercados globales pueden agregar volatilidad a la tasa de cambio, con repercusiones plausibles sobre las tarifas de gas y los precios de los bienes. Las condiciones continuarían dadas para que la inflación anual disminuya y es por eso que reafirmamos nuestra visión de que el proceso será lento y los riesgos siguen inclinados al alza. Ahora bien, dadas las noticias recientes, nos encontramos evaluando nuestro pronóstico puntual vigente (5,7%)”, explicaron. Entre tanto, para Jackeline Piraján de Scotiabank, a pesar de los impactos temporales en los precios de alimentos debido al paro en septiembre, confía en que la inflación seguirá bajando. Este escenario plantea la posibilidad de que el Banco de la República acelere los recortes de tasas de interés para impulsar la reactivación económica. “Parece que los precios en Colombia se están normalizando, si bien durante el mes de septiembre se tuvieron impactos en los precios de alimentos perecederos a raíz del paro, es posible qué por la corta duración, este efecto de incremento en los precios pueda revertirse en lo que queda del mes y permitir que la inflación siga bajando. Por último, Laura Katherine Peña, de BBVA Research, proyecta que la inflación mantendrá su tendencia bajista durante lo que resta del 2024, con una reducción gradual en sectores como servicios, electricidad, combustibles y arriendos. A pesar de esta tendencia, BBVA advierte que la indexación de precios, factores climáticos como el fenómeno de La Niña, y los ajustes en combustibles y peajes podrían generar riesgos que limiten una caída más acelerada de la inflación. “Desde la inflación sin alimentos, se espera que se siga dando una disolución paulatina en la persistencia en canastas como la de servicios, a lo que se adicionará efectos base a la baja provenientes de subclases como combustibles, electricidad y arriendos. De otro lado, se mantiene la incertidumbre frente al efecto de factores climáticos y factores de inercia inflacionaria”, concluyó esta experta. De esta forma queda servida la posibilidad, si no hay cambios urgentes en el panorama, para que el costo de vida merme mucho más la presión que ejerció sobre la economía y el país avance en la recuperación y consolidación de su economía, punto en el que también es importante avanzar urgente en un plan de reactivación.
Fuente: Portafolio (Colombia)