En desarrollo del debate de la reforma pensional, este lunes ante la plenaria del Senado el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, tomó distancia de la idea de modificar la Constitución de 1991 –como propuso el presidente Gustavo Petro–, y en su lugar defendió que todavía hay margen para hacer un acuerdo político nacional. En su declaración, el ministro encargado de la política fue más allá y, al admitir que varias de las reformas del Ejecutivo (salud, pensional y laboral) son “demasiado largas y fragosas”, abogó por centrarse en los contenidos fundamentales de cada uno de los proyectos del Gobierno. “Yo creo que algunos de esos proyectos se pueden mejorar mucho. Yo creo incluso –voy a confesarlo y sé que tendré problemas por esto–, que algunos de estos proyectos están demasiado largos. Demasiado fragosos. Creo que podemos debatir lo central de las tres reformas. Lo otro a lo mejor está en la legislación, se puede resolver de otra manera o se podrá resolver en otras leyes. Lo central lo podemos acordar con ustedes”, declaró el ministro. En ese sentido, negó que esté bloqueado el sistema político colombiano y aseguró que en este Congreso todavía hay margen para hacer un acuerdo político nacional. “Yo creo que nos ha faltado un poco más hablar. Yo creo que no podemos satanizar ninguna de las propuestas. Pero yo creo también que hay unos principios, que hay unos elementos centrales de la propuesta del Gobierno, que tienen que ser escuchadas con toda claridad y serenidad”. En contravía de lo dicho por Petro, Velasco declaró que la Asamblea Nacional Constituyente en un gobierno presidencialista solo se entiende como salida cuando hay una profunda crisis. En ese sentido, dijo que la crisis no es política, “hay otra crisis que debemos responder: la crisis de vida de los más pobres de nuestra sociedad. ¿cómo responderles a aquellos que no tienen salud? Preguntémonos. Ahí tenemos una propuesta”. Si bien Velasco reconoció que en el Congreso hay voceros legítimos de los colombianos, sostuvo que un líder social o sindical también los representa y merece ser escuchado. Por ello, insistió en el diálogo como vía para atajar los problemas. “Solo así seremos capaces de revisar con juicio el alcance de las reformas. Si las hemos traído al Congreso es porque queremos que se debatan, no simplemente que se pupitreen, porque eso sería antidemocrático. Pero denos la oportunidad de debatirlas. El presidente no hace una amenaza”, agregó. El ministro, que también negó que haya un ruido de sables, como sugirió el presidente del Senado, Iván Name, sostuvo que, si se llega a una Asamblea Constituyente, “no será para suplantar ni para terminar la Constitución del 91, sino para complementar algunas acciones”.
Fuente: El Colombiano (Colombia)