Los resultados siguen siendo tímidos pero consistentes: la recuperación económica llegó a la recaudación. Y es que los últimos datos revelan que los ingresos provenientes del cobro de tributos que dependen de la reanudación de la economía, como el IPI, el impuesto sobre los productos industrializados, comienzan a ser significativos.
Esta lectura del IFI (Instituto Fiscal Independiente), del Senado, se desprende del Informe de Seguimiento Fiscal obtenido por Folha.
En cifras absolutas, la recaudación federal con tributos vinculados a la actividad económica llegó a R$ 785.800 millones (US$ 238.800 millones) en septiembre de este año. Lo que se traduce en R$ 8.300 millones (US$ 2.500 millones) más para las arcas públicas brasileñas en comparación con el año pasado.
Ya los ingresos atípicos recaudaron R$ 38.400 millones (US$ 11.700 millones) hasta septiembre de 2017, o R$ 6.600 millones (US$ 2.000 millones) por debajo del total obtenido en igual período del año pasado: R$ 45.000 millones (US$ 13.700 millones).
Desde julio, la trayectoria de recuperación de los ingresos recurrentes parece haberse consolidado, respondiendo a la gradual reacción económica.
A pesar de ello, todavía los ingresos considerados recurrentes son insuficientes para compensar los gastos, que siguen creciendo en 2017, haciendo que el Gobierno aún necesite recursos atípicos para aliviar un poco el déficit.
Los gastos fueron aumentando hasta que en septiembre alcanzaron la cifra de R$ 933.000 millones (US$ 283.600 millones), el año pasado, en el mismo periodo, los gastos llegaban a R$ 927.000 millones (US$ 281.700 millones).