Fecha Noticia: 13/10/2015
Hace cinco meses que Rodrigo Valdés Pulido llegó al Ministerio de Hacienda. Y la semana pasada -ya “más acostumbrado al cargo”, como admite- tuvo su estreno oficial en el terreno de las arcas fiscales al presentar su primera ley de Presupuestos, en este caso para 2016. Toda una lluvia de cifras que hablan de una economía que atraviesa un escenario de ajuste, con un incremento del gasto de 4,4% (casi la mitad del previsto para este año) y una promesa de balance estructural a 2018 que se esfumó, dada la merma en los ingresos estructurales debido a la fuerte desaceleración de la actividad.
Y no sólo quedó atrás la promesa del programa de gobierno de crecer un promedio de 5%, sino que ahora la proyección de las autoridades se limita a sólo avanzar un 2,75% el próximo año y 3,25% en 2017. ”Es tiempo de vacas diet”, se anima a acuñar este economista de la Universidad de Chile, doctorado en el MIT y ex funcionario del Banco Central, el FMI, Barclays, BTG y de Hacienda en la administración Lagos, haciendo gala de humor, el mismo que le ha permitido navegar entre las complejas aguas de la política en estos convulsionados 150 días al frente del equipo económico de la presidenta Bachelet.
Pero se pone serio para admitir que su llegada a Teatinos 120 le ha cambiado “completamente” la vida. “Las horas que uno puede dedicarle a otras cosas fuera del trabajo son muy pocas. La familia, por lo tanto, resiente esto mucho”, relata.
Una seriedad que condimenta con prudencia y un insistente foco en el “realismo”, el que habla de que el ajuste más fuerte en las cuentas fiscales no ocurrirá en 2016 sino en los dos años posteriores, que el país no debe abusar de su disciplina fiscal, que debemos acostumbrarnos a un precio del cobre bajo y que el mensaje enviado con el erario 2016 es que el turno ahora es del sector privado para reinyectar dinamismo a la economía.
- ¿Qué ha sido lo más difícil de estos cinco meses?
- Tomar posición en temas sin haber tenido el período de reflexión que habitualmente le daba a cualquier cosa que hacía. Es tanta la multiplicidad de temas y la urgencia con la que hay que decidir, que uno toma decisiones con información imperfecta habitualmente.
- ¿Se ha equivocado en algunas cosas que ha dicho?
- Más que equivocado, uno siempre reevalúa las cosas y dice “podría haber hecho algo un poco distinto”. Ahora, no tiene mucho sentido ir para atrás porque las cosas se hacen y se hacen.
- En el caso de BancoEstado, usted señaló en la comisión de la Cámara de que las cosas se hicieron sin su luz verde. ¿Entonces, qué pasó?
- Bueno, pasó lo que pasó. Yo tampoco puedo obligar a nadie a tomar decisiones, yo no soy presidente del banco.
- ¿Ha sido lo más complicado a la fecha?
- No, fue complicado a nivel personal. Yo soy amigo y respeto mucho la trayectoria Guillermo Larraín, pero desde el punto de vista de las decisiones a tomar no es de las más complicadas.
- Si eso no fue lo más complicado, ¿qué lo fue?
- Lo más complicado para mí ha sido subirme a un tren que iba muy rápido.
- Y ponerle gradualidad.
- No. Creo que es muy distinto partir de un gobierno con un tiempo de reflexión previa, a tener, por ejemplo, que sostener la primera reunión de TPP un día después que uno jura como ministro.
- ¿Y ya se subió completamente a este tren?
- Sí, siento que puedo levantar la vista. Los primeros días le dedicaba mucho al corto plazo y ahora puedo mirar un poco más hacia adelante y ver las cosas con más perspectiva.
- En una entrevista, la ministra Rincón dijo que usted era más joven políticamente. ¿Ha sentido esa juventud?
- Yo le dije que era más joven en todo (risas). Bueno, no es para nadie un misterio que yo acá tengo credenciales técnicas que son mucho más importantes que credenciales políticas. He aprendido de política, he recibido mucho apoyo de muchos políticos de distintos partidos, también de mis colegas del gabinete.
- ¿Cómo se ha sentido en el comité político?
- Muy bien, tengo que decir que el trabajo se ha hecho mucho más fácil de abordar gracias al comité político.
- ¿Se siente empoderado por la Presidenta? Se habló mucho de una quitada de piso a usted y al ministro Burgos tras el cónclave.
- La discusión sobre el empoderamiento es un poco artificial en el sentido de que uno tiene que hacer la pega y tener claridad de cuándo preguntar y cuándo explicar. De hecho, en los primeros días era difícil saber cuándo uno decide y cuándo pregunta. Esa línea, que es difusa, al comienzo cuesta dibujarla. Hoy la tengo más clara.
Presupuesto: “Había que poner atajo al déficit”
- ¿Siente que está ante su prueba de fuego con este Presupuesto? Muchos hablaban de que estaba al debe en su cruzada por darle gradualidad y realismo al programa.
- No, me siento muy contento del apoyo que he tenido de distintos actores y que muestra que Chile es muy sensato. El Presupuesto muestra bien eso: claridad de prioridades y realismo macroeconómico.
- ¿Qué lo llevó al convencimiento de que había que reducir el estímulo fiscal para el próximo año?
- Hay dos razones principales: la primera, tiene que ver con el nivel de déficit que tenemos. Ha habido una tendencia desde el año 2011 hasta ahora de un deterioro en el déficit que había que poner atajo. Y, por lo tanto, hay una cuestión de responsabilidad fiscal pura en esta decisión.
Y la segunda razón tiene que ver con la mezcla monetaria-fiscal que Chile necesita hoy. En períodos como los actuales, donde el sector externo se debilita en varias dimensiones, pero en particular en el precio del cobre, Chile necesita una ganancia de competitividad a través de la depreciación (del peso) que es fuerte. Eso es coherente sólo con una mezcla en que la política fiscal se retrae un poco y la política monetaria es más expansiva.
Esta segunda razón, que es un argumento puramente de manejo macroeconómico, me tiene plenamente convencido de que debemos tener un pequeño impulso fiscal contractivo este año. Más allá del crecimiento del gasto, que es una dimensión de la discusión, tenemos que ver qué está pasando con el balance estructural.
- ¿Qué riesgo se corría de no poner atajo a los desequilibrios fiscales? ¿Perder nuestra reputación como alumno disciplinado en materia fiscal?
- Primero, quiero decir que las clasificadoras de riesgo tomaron muy bien esta política fiscal, pero que no es una política fiscal de reacción histérica. Al revés, es suave, y eso lo podemos hacer gracias a que tenemos buenas cifras fiscales porque se ha construido una credibilidad fiscal. Ahora, uno no puede abusar de esa credibilidad, seguir deteriorando el déficit habría sido abusar de eso, y la consecuencia más directa de aquello es que las tasas de interés a las que se puede endeudar el Fisco chileno subirían. Eso tiene una repercusión directa sobre los recursos futuros que tiene el Fisco. Más importante, al final, es el efecto en las personas: un crédito hipotecario hoy tiene una tasa de interés baja hace mucho tiempo gracias a que el Fisco hace lo que hace. La tasa promedio a la que se endeuda una familia latinoamericana para comprar una casa es totalmente distinta, eso refleja una cuestión práctica de cuál es la consecuencia de ser ordenado o no fiscalmente.
- ¿Qué tanto le cambió la percepción sobre la situación fiscal una vez en el ministerio?
- Muy poco. El cuadro macroeconómico fiscal que veía desde afuera del gobierno apuntaba a esto, a que el ciclo de materias primas se está acabando. Chile fue muy responsable durante este boom, pero duró tanto el boom que Chile se acostumbró a los precios altos de las materias primas. Y ahora hay que acostumbrarse a precios más bajos y eso tiene consecuencias en múltiples dimensiones.
- ¿Chile perdió una oportunidad durante el superciclo?
- No quiero decir eso. Si se lee así, es incorrecto. Chile le sacó mucho provecho en infraestructura, hizo una reforma en pensiones importantísima. Y a la gente que dice que es un problema haber tenido cobre, les pregunto si hubiera sido mejor tirar el cobre al mar. Es difícil concluir que ésa habría sido una mejor estrategia.
- ¿No quedaron cosas pendientes? ¿Reformas para subir productividad o diversificar la canasta exportadora?
- No es fácil decir diversifiquemos cuando el precio del cobre es US$ 4. Más allá de eso, si hay algo que digo en que nos equivocamos en los últimos 20 años, es que las reformas educacionales que se hicieron fueron tímidas respecto a lo que Chile requería y por fin estamos haciendo algo que es urgente y que tenemos que hacer bien, algo nada fácil.
- Usted señaló en el Congreso que se debe ser cuidadoso en la manera que se retira el estímulo fiscal. ¿Cuál es su temor de que se hiciera muy rápido, que el shock pudiera llevarnos a una recesión?
- Hay dos aspectos. En lo macro, más que recesión o no, es un impulso negativo hacia la economía demasiado rápido y posiblemente no acomodable por la política monetaria. Y, desde el punto de vista micro, cortar programas a la mitad de estar avanzando no es barato, es complejo. Y, por lo tanto, hay que tener cuidado en tratar de tener sendas de gasto fiscal que sean suaves, que uno no esté de un año para otro cambiándolas brutalmente.
- O sea, la idea era darle consistencia a la política fiscal hacia adelante.
- La política fiscal tiene límites. Hicimos una política fiscal muy expansiva, lo normal es que después se normalice.
Y hay un elemento muy importante en la planificación financiera que presentó el martes el director de Presupuestos ante el Congreso. Los años 2017 y 2018 se ven más complejos fiscalmente, desde el punto de vista de los esfuerzos que hay que hacer, que 2016. La reforma tributaria permite un aumento de gasto importante gracias a que se recauda mucho más, pero en 2017 el cambio de la estructura tributaria es más pequeño que este año, por lo tanto los ingresos extra por reforma tributaria son menores. Tenemos un desafío importante para esos años y eso requiere mucha disciplina respecto de comprometer gastos y de gradualizar cosas hacia adelante.
- El verdadero apretón fiscal vendría en 2017 y 2018…
- No necesariamente un apretón. Lo que estamos diciendo es que hoy ya se han comprometido o se están programando gastos que están más allá de lo que la propia regla fiscal y nuestro objetivo de reducir el déficit estructural en un cuarto de punto por año lo permite.
- Son años electorales 2017 y 2018. Está consciente de que ese apretón podría traer problemas en la coalición…
- Tenemos que ser bien claros en que los chilenos esperan responsabilidad de nosotros. Nadie va a echar por la borda lo que hemos logrado construir con tanto esfuerzo y en tanto tiempo.
- ¿Por eso habló de ‘vacas diet’?
- Eso lo planteé porque no estamos en un momento de vacas flacas porque la economía crece, pero tampoco estamos en vacas gordas. El término diet tiene una connotación importante: nosotros nos acostumbramos a tener muchos recursos por mucho tiempo en el Estado. Ahora tenemos que hacer un esfuerzo importante de eficiencia. Y el término diet involucra eso. Bienvenidas las otras ideas de cómo ser más eficientes desde el sector público.
Me gustaría que cada peso que gastemos se sienta más en el usuario final del Estado, y quede menos de ese peso en el mismo Estado. Y eso requiere un foco mental parecido al que cuando uno hace dieta.
- ¿Qué mensaje le envía al sector privado con este Presupuesto? ¿Que deben ponerse ahora con las lucas, que Hacienda ya hizo su pega?
- Esperaría que hagan su pega, y su pega es encontrar buenos proyectos de inversión, que sean rentables. La chilena es una economía de mercado, donde el sector privado es el que toma las decisiones de inversión más importantes.
Recesión: “No tiene una probabilidad muy alta”
- ¿Lo frustran los números que estamos viendo en la economía? ¿O lo desafían?
- Me desafían de todas maneras. Y me frustra que por segunda vez voy al Congreso con un cuadro macroeconómico que yo pienso que es muy realista e, incluso valiente, y sale un Imacec muy por debajo de lo que cualquier hubiera esperado.
- ¿El Imacec de 1,1% de agosto lo sorprendió para mal?
- No fue una sorpresa grande una vez que supimos del INE que la minería había caído 9%, pero sí un número bastante más bajo de lo que esperábamos. Dicho eso, el Imacec se revisa mucho, es un número y una señal que hay que mirar, pero hay muchas más señales en la economía para saber el estado del ciclo: el desempleo y la creación de empleo dan cierta temperatura un poco mejor, igual que la recaudación tributaria. Por lo tanto, llamaría a que estas discusiones sobre dos décimas más o menos de proyección de PIB no sean lo más importante. Como dijo el director de Presupuestos el martes, cuando la proyección es 4,9% y la realidad es 1,9%, ahí estamos hablando (de otra cosa).
No estoy particularmente alarmado por este Imacec, en el sentido que es un número, pero sí nos llama a seguir trabajando y ser más cuidadosos con lo que hacemos.
- Hubo comentarios posteriores al Imacec que apuntaron al riesgo de una recesión técnica.
- No hay antecedentes suficientes para plantear ese escenario con una probabilidad muy alta. Ahora, siempre es posible que la economía global sorprenda y tengamos cosas dramáticas.
- ¿No nos va a arrastrar lo que pasará en América Latina?
- Ese es uno de los escenarios de riesgo que tenemos. Estoy pensando en que alguna de las economías grandes de la región entre en problemas más graves.
- ¿Brasil nos expone mucho?
- Brasil nos expone mucho, pero también otros países. Lo que pase en Ecuador y Venezuela tampoco es trivial para la región. Pero, sin duda, Brasil es el tema más importante en la región.
- ¿Cuándo veremos la reactivación? ¿Quedó atrás el repunte que se anticipaba en el segundo semestre?
- El hecho de que hayamos bajado nuestra proyección de crecimiento del año debiera hablar por sí sola, pero sí espero que el crecimiento tome algo más de cuerpo. Hemos tenido un ajuste en inversión muy grande y, cada vez que pasa eso, empiezan a aparecer espacios para hacer negocios de inversión que son importantes. Por lo tanto, esperaría que -de no mediar shocks adicionales externos- empiece a haber cierta recuperación en el tiempo.
- ¿Cuándo será esa recuperación?
- Ojalá que lo antes posible.
Reforma laboral: "No hemos llegado todavía al final de la ruta"
- Tras las indicaciones a la reforma laboral, se generó una cierta confusión acerca de si el gobierno respalda o no las indicaciones para las pyme. ¿Qué pasa ahí realmente?
- Esta es una discusión que está en la sede parlamentaria y preferiría no referirme al tema hasta que se termine esa discusión.
- Entonces, ¿no está garantizado el apoyo a las indicaciones que se presentaron en esa jornada en Valparaíso?
- Esto está radicado en el Congreso y prefiero no referirme al tema hasta que vaya avanzando. Además, es un tema complejo porque tiene muchos actores y, por lo tanto, requerimos mucha coordinación entre todos para que las cosas avancen rápido.
- La presidenta de la CUT señaló sentirse engañada por el gobierno por las indicaciones.
- No voy a opinar de cosas que dicen de mí.
- Pero usted es el ministro de Hacienda.
- Por lo mismo.
- ¿Se sintió totalmente interpretado por las indicaciones que presentaron como gobierno?
- Todos hemos tenido que ceder un poco en este camino, pero quiero decir también que no hemos llegado todavía al final de la ruta, se está construyendo el proyecto en el Senado y nos queda después volver a la Cámara. Queda trabajo.
- La ministra Rincón habló de espacio para más perfeccionamientos. ¿Hay una sola voz entre ambos ministerios?
- Siempre hay espacios para perfeccionamientos.
Con la ministra Rincón trabajamos muy coordinadamente en esto y los equipos técnicos siguen trabajando.
"Los empresarios ya se convencieron de que yo no iba a ser parte de un gobierno de centro derecha"
- ¿Qué está demorando la recuperación? Persiste el debate si factores externos o internos.
- Tanto los factores internos como los externos importan. El escenario global es muy determinante, el fin del ciclo de materias primas es un tema. En ese ámbito, estamos muy avanzados respecto a otros países, ya que nos depreciamos antes (...) Están las cartas repartidas ya para que el sector privado busque nuevas oportunidades de exportación y sustitución de importaciones.
Respecto de lo interno, ése es el trabajo del día a día. Tenemos que tener un ojo puesto siempre en cómo afecta a la economía cada cosa que hacemos. Eso no quiere decir no hacer ciertas reformas que pueden no ser pro crecimiento en su foco central, pero tienen que minimizar al menos los efectos en crecimiento. En la medida que todos nos convenzamos, sea creíble esa estrategia y la adoptemos, mejoraremos los factores internos que pueden explicar parte de la desaceleración.
- Pero uno ve a los empresarios todavía reclamando contra la reforma laboral, pidiendo hablar con la Presidenta.
- No todos los empresarios son iguales y hay algunos que son más empujadores que otros. Y la verdad es que los dirigentes gremiales hacen su pega; ellos representan un interés igual como lo representa un dirigente sindical o estudiantil. Y tienen todo el derecho del mundo de empujar las cosas a como creen que es mejor. Lo importante es que el mundo que toma decisiones se dé cuenta que el empuje de cada uno de ellos no tiene por qué representar a todos los chilenos, por legítima que sea su posición. De lo que se trata es de compatibilizar los legítimos deseos de cada sector.
- ¿Cree que los convenció de que no viene a hacer una contrarreforma, como le dijo al FT?
- Creo que ya se convencieron de que yo no iba a ser parte de un gobierno de centro derecha. Fue una equivocación pensar eso: primero, porque yo soy de centro izquierda; y segundo porque vine a trabajar con la Presidenta y ella cuando arma su gabinete para el proyecto que tenemos. Ese proyecto obviamente tiene detalles, ritmos, profundidades que son siempre parte del debate diario que tenemos en el gabinete. Pero pensar en una contrarreforma es un error. Queremos hacer buenas reformas.
- ¿Le gustaría que los empresarios aportaran más a mejorar el clima interno?
- Creo que hemos mejorado un poco el clima de crispación que vivimos hace un par de meses atrás. Estamos cuidando más el lenguaje y eso es bueno.
- ¿Las críticas del empresariado a la reforma laboral y pedir una reunión directa con la Presidenta, no son descuidar el lenguaje?
- Es muy legítimo que ellos defiendan la visión que tienen de esa reforma y es legítimo que pidan audiencia con quién lo estimen pertinente. Lo importante es que todos entiendan también que por legítima que sea esa posición, es otra más en la sociedad y no tiene por qué necesariamente reflejar el bien común.
Responsabilidad ante paros
Dos movilizaciones han mantenido en jaque el sector público en las últimas semanas: el paro de los funcionarios del Registro Civil y los de Gendarmería.
El ministro Valdés llama a la "responsabilidad" a los funcionarios movilizados, mientras no duda en calificar de "ilegales" las paralizaciones.
"Respecto de estos paros ilegales, sólo quiero llamar a la responsabilidad de todos. No es el momento, hay prioridades más importantes. Se han hecho esfuerzos muy grandes de mejoramiento en los últimos años", lanza.
Reforma tributaria: Hacienda enviará proyecto en diciembre y espera aprobación en enero
Hace prácticamente dos meses que el Ejecutivo anunció el envío de un proyecto de ley para realizar ajustes técnicos para "simplificar" la reforma tributaria, en la línea de hacer menos engorrosa la interacción entre los sistemas de renta atribuida e integración parcial, además de realizar ajustes a temas específicos como la norma general antielusión, la tributación del leasing y el IVA a la construcción.
El ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, anuncia que el proyecto se enviará en diciembre, ya que hoy "no hay ningún espacio legislativo" para tramitar el proyecto dado que la prioridad es la ley de Presupuestos.
"Además, es bueno que los técnicos se den todo el tiempo necesario para que mandemos un proyecto que entre rápido, salga rápido, sin ninguna mayor discusión y que sea técnicamente bien consensuado", sostiene la autoridad, comentando que el proyecto "ya está prácticamente armado".
"Pero quiero decir que eso influye en decisiones que se tomarán en 2017", explica el jefe de la billetera fiscal.
Valdés señala que la idea del Ejecutivo es que el proyecto esté despachado durante este año legislativo. O sea, enero de 2016. "Vamos a ver, ojalá que lo podamos ver en esta legislatura. Eso no depende sólo de nosotros. El compromiso es ingresar el proyecto este año", recalca.
El ministro también abre la puerta a incorporar en el proyecto tópicos aparte de los ya mencionados anteriormente para simplificar el sistema impositivo, pero advierte que "todo lo que vamos a hacer no tiene impacto en la recaudación ni en quiénes pagan los impuestos". Explica que "hay algunos detalles que se podrían incluir. Hay temas que uno podría incorporar que no son de gran importancia, vamos a evaluarlo en su momento", afirma.
Por el contrario, Valdés es tajante en cerrar la puerta a la posibilidad de postergar la entrada en vigencia del IVA en la construcción -que comienza a regir el próximo año-, ante el positivo efecto que ha generado en la actividad del sector durante este año. "Es muy importante poner al frente de estas decisiones el tema global del Presupuesto, y no pensar que uno va a recaudar más porque baja un poco un impuesto y se genera actividad. Si fuese posible recaudar más bajando impuestos, créanme que lo estaríamos haciendo", enfatiza.
