¿Cuándo fue que se “jodió” la relación entre la Argentina y los organismos internacionales de crédito? ¿Cuándo fue que la jodieron? ¿En 1957, hace ya 60 años, cuando el país pidió su primer préstamo internacional? ¿O en la última década, tras la crisis de 2001?
Paradójicamente, aquí en la Asamblea Anual del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, varios se hacen esa pregunta a lo Vargas Llosa y creen que ya es momento de mirar hacia adelante. El economista jefe del Banco Mundial para América Latina explicó ayer a Clarín que una de las opciones del próximo gobierno argentino sería recomponer el vínculo y financiar las correcciones que el FMI calificó de “insostenibles”.
Augusto De la Torre reconoce que “es políticamente complicado, pero una de las opciones que tendría el nuevo gobierno en la Argentina es un acercamiento con los organismos para facilitar la transición que se avecina”.
De la Torre dice ser “optimista con Argentina a mediano plazo por el potencial enorme que tiene”, aunque reconoce que “la coyuntura es complicada y enfrenta vacíos: ausencia de acceso al mercado financiero internacional, retraso del tipo de cambio real y un tema fiscal que corregir”.
Dado que la Argentina no obtiene préstamos en el exterior, dice De la Torre, el gobierno recurrió a la emisión para financiar el déficit fiscal “y eso repercutía en la inflación”. Ayer, el mismo FMI advirtió sobre las consecuencias de no acceder al financiamiento externo. “Impacta en la actividad”, sostuvo el organismo en un informe presentado en la asamblea.
El debate sobre gradualismo o shock para la futura gestión presidencial ya no es de cabotaje y aquí se recibió de internacional. De la Torre no duda: escoge gradualismo. “Hay que evitar acciones extremas”, dice.
Para este economista ecuatoriano “Hay dos maneras de llevar dólares rápido a la Argentina: los de los propios argentinos o los de la comunidad financiera”. No descarta la primera opción. “Hay tanto dinero de los argentinos afuera que un buen golpe de credibilidad incentivaría a hacer esto”. Cerca de Daniel Scioli mencionan una repatriación de capitales. El gobernador ayer dijo que “nunca más le pediremos ayuda al FMI”.