Aunque se considera que participan con montos relativamente bajos, frente a los modelos tradicionales, las microfranquicias son un esquema al que todavía hay que trabajar en el modelo de acceso a la financiación. Para el franquiciado puede ser un gran cuello de botella, pues las entidades de financiamiento (incluso microfinancieras) no están familiarizadas con este modelo y normalmente el sujeto interesado no cuenta con las garantías necesarias para obtener un crédito.
Hay que tener en cuenta que actualmente, el financiamiento viene de entidades multilaterales o gubernamentales.
Esa es una de las conclusiones de un estudio de mercado en otros paíse que presentaron ayer Propaís, al BID-Fomin y el consultor Jorge Hernán Cárdenas.
En México, por ejemplo, se creó un Programa Nacional de Franquicias en el marco del cual el gobierno subsidia tanto las estructuraciones como los franquiciados.
Algo similar ocurre en países como Guatemala o Paraguay, en donde parte importante del financiamiento la hace el Fomin (Fondo Multilateral de Inversiones) en conjunto con otras entidades.
Incluso, en Colombia está en marcha un proyecto con las Cámaras de Comercio en el que FOMIN, fue cofinanciador.
Por otra parte, actualmente se está ejecutando en el país algo similar, siendo Colciencias el cofinanciador, manejando un eje de microfranquicias solidarias orientado a población vulnerable, más que a aquellas de formato de negocio. Es importante tener en cuenta la inserción al sistema financiero de los franquiciados, quienes de otra manera permanecerían probablemente excluidos. Esa tarea, además de contribuir a las metas de inclusión financiera del gobierno, conduce a la formalización de las unidades de negocio.
Adicional a esto, se debe saber que no se franquician ideas de negocio o proyectos productivos, sino modelos de negocios probados y rentables.
En el análisis se encuentra que una de las condiciones fundamentales para que el modelo tenga éxito es que el franquiciante sea una empresa sólida.
Se debe tener posicionamiento en el mercado, y estar en capacidad de dar soporte a toda su red de franquiciados, transfiriendo tecnologías y conocimiento, dando acompañamiento permanente. En el modelo, el franquiciante también incurre en costos importantes por la asistencia técnica, el soporte legal y las inversiones en innovación, entre otros.