Luego de estar en el poder por más de una década, el oficialista Partido de los Trabajadores ha visto como Brasil ha fortalecido lazos con los gobiernos izquierdistas de la región, desde ayudar a que la socialista Venezuela entrara al Mercosur hasta invertir 1.000 millones de dólares en un puerto industrial en Cuba.
Pero si la presidente Dilma Rousseff no logra atajar la candidatura de Marina Silva en las elecciones de octubre la mayor economía de América del Sur podría cambiar su política internacional.
Silva, candidata del Partido Socialista Brasileño, dice que podría revitalizar los lazos diplomáticos y económicos con Estados Unidos y Europa con quienes promoverá, principalmente, la firma de nuevos tratados comerciales.
En un eventual gobierno de Silva, "habrá un cambio de rumbo en la política exterior" del país, dijo su principal asesor, Mauricio Rands, a sus partidarios en un evento donde se hicieron públicas algunas de las propuestas programáticas de la opositora. "Brasil debe ser el promotor de los acuerdos bilaterales y regionales" de comercio.
La reformista Silva fue nominada como candidata del Partido Socialista luego de que el candidato que había sido elegido por la agrupación, Eduardo Campos, muriera en un accidente de avión el mes pasado. Desde entonces, el perfil de candidata anti-establecimiento de Silva transformó la carrera a la presidencia brasileña para convertirla en un cabeza a cabeza entre ella y Rousseff.
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